Vengan, celebremos todos
Festejemos esta tan difícilmente lograda paz
Vengan todos
Todos, menos las madres que preguntan por sus hijos
Ya que tanto llanto nos puede aguar la fiesta
Vengan todos,
Que la paz es motivo de fiesta
Y sigan viniendo
Eso sí, que se abstengan los exiliados
Porque no hay mayor vergüenza que compartir la mesa
Con quién huyó de nuestra hermosa paz
Y sus pies cansados no servirán para bailar
Que viva la paz, que viva la vida
Que viva el silencio sepulcral de las calles vacías
Al que solo los amargados llaman miedo
Pero no sé preocupen, que uno a uno les iremos reeducando
Para que nada perturbe la fiesta
La fiesta del silencio de los cementerios
Con sus hermosas criptas hechas ciudades
Y no se preocupen
Que la danza de quienes quedamos
Es el mejor compás
Para triturar los huesos de los ausentes
Y aclarar la franja blanca de nuestra bandera
¡Que viva nuestra paz!
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