En cada sombra
En cada esquina hasta de tu cuarto
O en el rabillo del ojo
Te atormentan los fantasmas
De todos los muertos a quienes ursurpaste la silla en la que estás sentado
En cuyo nombre te limpias la más sucia mezcla de putrefacción de tu alma
¿Cuántos muertos vas a sumar, creyendo que vas a callarlos?
¿O acaso crees que el sonido de las cadenas, de repente, va a desaparecer cada vez que te crujan los dientes?
El tiempo corre
Y aunque no llueva en abril
Las tormentas no conocen de tiempo o estaciones
O al menos no la que tenés a tus espaldas
Cada vez que volteas a ver, porque sentís que te persiguen
No es la noche la que te alcanza
Y la luz del día saldrá para todos
Pero no para vos
Porque el viento dejó de ser solo viento
Y te trae al oído centenares de nombres
Reclamando la justicia de varias generaciones
Desde las selvas de Bocay
O la avenida Universitaria
Y no hay muro con el grosor suficiente
Para contener los gritos que llaman tu hora
¿O vas a mandar al viento a ser encerrado en el Chipote?
A la noche, te digo, no podés quitarle su nacionalidad
Porque ya sabe tu nombre
Te espera
Lentamente
¿La ves?
Está detrás tuyo.
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