Y aquí estoy ahora. Con una historia de "valentines".
Hace un tiempo, vivia nuestro personaje en un castillo. Barracas, murallas inmensas le rodeaban y enormes jardines de rosas se extendían a los pies de tan imponente obra. Vivía ahí, Solo. Las aves y plantas era su compañía. Nada le faltaba pues siempre mercaderes visitaban para ofrecerle los más exóticos alimentos y mercancías de todo el mundo. Cielos azules. Noches estrelladas. Inmensa soledad.
Un día decidió salir en busca de lo que más le faltaba. corrió hasta salir del castillo. siguió corriendo entre los rosales. siguió y siguió. Cruzó campoz de maíz y bosques de manzanas. corrió hasta que la vió. la más hermosa flor que pudo imaginarse.
Porque entre todas las riquezas que su tierra de cielos celestes y noches estrelladas nunca pudo encontrar lo que el sentía que más quería. Pero ahí estaba. Frente a frente. Ella, aún sin notar su presencia, no era como nadie a quien pudo haber conocido antes. Era el amor más profundo hecho ser. Era su amor.
Volteó y cruzaron miradas. Sonrisas. El, aún agitado de tanto correr no podía articular palabras. Ella, dulcemente coloco su dedo en su boca como indicandole silencio. El, más calmado, no podía dejar de ver los ojos que miró tantas noches en las estrellas. Sintió como sus labios estaban cada vez más cerca. Su aliento, su respiración.
Te estaba esperando, le dijo ella.
Disculpa mi demora, respondió.
Sonrieron, justo antes de fundirse en un beso bajo la luz de la luna.
Y el mundo fue su hogar.
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