Sobre las migraciones....
Vivimos en un mundo dominado por profundas contradicciones, y peligrosas personas mal llamadas dirigentes que las promueven. Hoy por hoy estamos cada vez más lejanos de lo que una vez fuimos, al nacer como especie. Nos auto-excluimos de un mundo que, aunque lo neguemos, hace rato dejamos atrás.
El mundo que hemos mal creado para nosotros vive en una constante evolución para ser cada ves más dependiente del mismo. Una nueva red social, un nuevo table-pc, una nueva aplicación para el iphone, etc; son noticias comunes cada día. Ese es el gran avance de nuestra sociedad humana. Dejamos de escuchar los sonidos del mundo por esto.
Esa misma sociedad, inventada y transformada a nuestro antojo, crea estas contradicciones, hasta el punto que hemos llegado a negarnos a nosotros como una sola especie.
Primero, inventamos países. Inventamos fronteras. Inventamos diferencias entre nosotros mismos, satisfaciendo una absurda necesidad de ser distinto a los demás. De excluirnos del resto.
Segundo, nos negamos a nosotros mismos. Vivimos en una obsesión constante de "ser mejores cada día", de "evolucionar"; sin saber que estamos actuando de la forma más individualista posible, comprometiendo la existencia del resto de formas de vida de este planeta para sustentar nuestro "desarrollo". Ya hemos olvidado hace mucho tiempo el vivir el armonía. Y, a pesar de esfuerzos que se hacen en el mundo por recuperar esto, el poder de las mayorías parece ejercer sus efectos.
Por último, hacemos crimen o prohibido lo que una vez fuimos, yendo cada ves más profundo en la negación previamente descrita. Y, al mismo tiempo, somos la especie más hipócrita del planeta (la única, creo yo). Se nos ilumina la vista, maravillados, con las grandes migraciones de aves que surcan los cielos. Las imágenes de los miles de mamíferos en la sabana africana hacen volar nuestros sueños que rozan el mar, donde las grandes migraciones de ballenas nos retuercen el alma con su belleza. Lo hacen porque, muy dentro de nosotros, nos recuerda el pasado que hemos dejado atrás. Cuando nosotros también lo hacíamos.
Y es entonces cuando nos volvemos hipócritas. Insistimos en negar esa parte nuestra, dictada así por la naturaleza. Llegamos al punto de tildar de criminales e "ilegales" a quienes migran buscando una vida mejor. ¿Qué sería de la raza humana si el resto de los animales hubiesen aplicado esta "norma" contra nosotros durante la edad de hielo?.
Ridiculizamos. Juzgamos. Odiamos. Inventamos sentimientos despectivos hacia quienes se dejan llevar por este instinto, esa necesidad tan natural como es respirar. Y, al frente de esto los dirigentes de los "países" que nos inventamos muy gozosos. Regordetes por los ingresos genera el emitir visas, pasaportes, impuestos, pases. Palabras absurdas que silencia un papel teñido de verde.
¿Hasta cuando seguiremos siendo agresores de nuestra propia naturaleza?
R. Alejandro Castillo
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