A Edwin Carcache.
Un besito para vos, hija mía
por ese momento en que vi
tu ojitos redondos por primera vez
y con tu manito rodeaste mi dedo
con el que tanto soñaba señalarte el futuro
ese en el que nada es imposible
y al que solo nuestro corazón sabe como llevarnos.
Un besito para vos, hija mía
por tu sonrisa que me recuerda a la libertad
con que sueño para vos
y que he visto reflejada en tantos rostros
en mares de banderas azules y blancas
cual extensión del cielo mismo.
Un besito para vos, hija mía
que salga de estas frias y sucias paredes
en el que injustamente quieren recluirme
y llegue a tu frente preciosa
junto con mi voz que te canta
esa misma canción que te gusta escuchar
una y otra vez
hasta que finalmente te dormís.
Un besito para vos, hija mía
y espero que perdonés -y entendás-
el por qué tu papá no está con vos ahorita
pero no podría decirte que te amo
sin luchar por el futuro que quiero para vos
desde que supe que existirías.
Un besito, mi niña
y que te lo lleve el viento
que te lo lleve las paredes
con mi nombre escrito
que te llegue en el abrazo
de esta patria inmesa
hasta que pueda rodearte
de nuevo en mis brazos.
Un besito, hija mía.
Porque no será mucho el tiempo
en que a nuestros brazos
les duelan esta ausencia.
Un besito.
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