domingo, 21 de octubre de 2018

21/10/2018

Moviste los cimientos

De los muros que construi

Pretendiendo proyectar dureza

Cuando, realmente, solo ocultan

Un corazón ansioso por querer

En miradas que lo dicen todo

Atardeceres de la mano

Madrugadas de sueños.


Y no se como llegaste

Pero moviste todo

Solo con sonreirme

¡Y es que tus ojitos 

Se achinan tan hermosamente

Cuando lo haces!

Como invitandome a que preste atención

A la curva de tus labios

A los reflejos en tus lentes

A lo vivo que debe sentirse

El poder jugar con tus manos.


Pero ya sos un imposible

Y de mi corazón ya volarás

Aún sin nunca -realmente- 

Haberte posado.

Después de todo,

¿Como podria ser merecedor de tus besos?

¿O de tu abrazo?


Vuela ya

Que el sol se pone

Y las estrellas me esperan

Para buscarte ahi, donde quizás

Y solo quizás

Sea distinta mi suerte.

viernes, 5 de octubre de 2018

Un besito para vos, hija mía.



A Edwin Carcache.

Un besito para vos, hija mía
por ese momento en que vi
tu ojitos redondos por primera vez
y con tu manito rodeaste mi dedo
con el que tanto soñaba señalarte el futuro
ese en el que nada es imposible
y al que solo nuestro corazón sabe como llevarnos.

Un besito para vos, hija mía
por tu sonrisa que me recuerda a la libertad
con que sueño para vos
y que he visto reflejada en tantos rostros
en mares de banderas azules y blancas
cual extensión del cielo mismo.

Un besito para vos, hija mía
que salga de estas frias y sucias paredes
en el que injustamente quieren recluirme
y llegue a tu frente preciosa
junto con mi voz que te canta
esa misma canción que te gusta escuchar
una y otra vez
hasta que finalmente te dormís.

Un besito para vos, hija mía
y espero que perdonés -y entendás-
el por qué tu papá no está con vos ahorita
pero no podría decirte que te amo
sin luchar por el futuro que quiero para vos
desde que supe que existirías.

Un besito, mi niña
y que te lo lleve el viento
que te lo lleve las paredes 
con mi nombre escrito 
que te llegue en el abrazo
de esta patria inmesa
hasta que pueda rodearte 
de nuevo en mis brazos.

Un besito, hija mía.
Porque no será mucho el tiempo
en que a nuestros brazos
les duelan esta ausencia.
Un besito.