Y sigo soñando
con ese preciso instante
en que volviste
sin saberlo
sin aviso
tu mirada de sol
hacia la mia
y yo, sin esperar nada
me diste todo
justo al sentir
tus dulces labios
de néctar
rozando los mios.
Y el cielo fue nuestro
mientras las flores más vivas
saludaban nuestro vuelo
fugaz en el tiempo
pero eterno en mi memoria.
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