En un San José
bañado por una brisa de octubre
te veo
casi sin querer
y sin que vos o yo
lo quisieramos.
Eternos escasos minutos
miradas entrecruzadas
la lluvia arrecia
y el bus se estaciona
te veo
me ves
abordo
vos no.
Camino entre asientos vacios
llegando al final del pasillo
del colectivo
me siento
te veo
me ves
decimos todo
entre nada.
Arranca.
La brisa se volvio torrencial
y una avenida central
se escurre en mi ventana
y debo cerrarla.
Por un segundo más
te veo
me ves
y, entonces
todo se volvió primavera
y el color volvió a una ciudad
adormecida por el vendaval
sonries
y yo a vos.
Fuimos todo
sin ser nada
sin saberlo
en una milésima de segundo
entre cada gota de lluvia
que caia en las calles
de tu San José.
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