jueves, 15 de febrero de 2018

Lluvia 15/2


Cierro los ojos
y siento tu respiración
agitada, nerviosa
traida por el viento
mientras imagino que las gotas que caen
son como tus dedos
recorriendo mi ser
y me pierdo.

Siento tu cuerpo sobre el mio
entrecruzados
sin nada que interrumpa
el fluir de tu piel contra la mia
y más respiración nerviosa
y dedos que se entrecruzan
mientras los labios arden
bajo el mismo fuego
que derrumbó Troya.

Y la lluvia arrecia
y recorren mis manos tu espalda
abriendose para acercarte más
y siento adentro de tu ser
el mismo calor que hizo nacer al universo
y me pierdo
y te perdés.

Y ya no se donde termino yo
o donde comenzás vos
y mi piel se siente como la tuya
y el aire
los labios,
todo me sabe a vos
todo me grita tu nombre
cada sonido que emana de tu boca
anida inevitablemente en mi oido
y todo es luz
estruendos
mientras tu cuerpo arquea
contra el mio
mismos estruendos que trae la lluvia
y me despiertan
volviendo a la realidad
de que vos no estás.






viernes, 9 de febrero de 2018

Pequeña invocación a tus sueños.


Que la paz
arrulle tus sueños
y llegue el día
en que comprendás  
el valor de la sonrisa
que dejás en quienes te quieren.

Que la paz te alcance,
mujer del viento,
y volés con tus alas
-una vez rotas-
hacia el horizonte
que siempre te ha pertenecido.

Que la paz sea una con vos
y que sintás
llorés 
rias
vivás
siendo una con el mundo.


miércoles, 7 de febrero de 2018

Cortos 31/1/2018


Puntos que señalan
todas las direcciones
que quiero recorrer con vos
y en vos
hasta que nos absorban las constelaciones
de las que venimos
y a las que volveremos
inevitablemente
siendo uno
o varios
o como seres infinitos
que soñaron ser todo
o, al menos, yo lo soñé.

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Tres puntos
marcan las flechas
en que, estando despierto,
sueño seguir con mis dedos
el día de nuestro encuentro.

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¿Golpe de suerte?
¿Acaso, al fin, la vida decide
sonreirme a través de vos?
No lo se
pero el frio me cobija
y vos  no estás.





El día que acepté tu partida.



¡Ya era hora!
Gritó todo mi ser
y, en ese instante,
el pusilánime intento de hombre
asomó por la ventana
y perdió su mirada en el horizonte.

Sin retorno.